El gobierno de la Comunidad de Madrid anunció el pasado 13 de octubre su decisión de permitir la apertura ilimitada de los pequeños y medianos comercios de hasta 750 metros cuadrados todos los días del año, en cualquier momento del día o de la noche, sin restricciones de ningún tipo.
La idea del gobierno es hacer competitivos esos pequeños y medianos comercios ante las grandes superficies, especialmente en días festivos, y se espera que esta medida fomente el empleo y el consumo en la región, con la intención de que sirva como válvula de escape de la actual crisis económica.
Mi comentario a esta noticia es el siguiente:
El gobierno de la Comunidad de Madrid siguiendo la orientación liberal-capitalista que le caracteriza, anuncia una medida revestida de medida anticrisis que encubre una desprotección total para los comerciantes que con ella, se ven empujados a una competencia brutal, no ya sólo contra las poderosas grandes superficies si no también contra sus vecinos directos. Los comerciantes deberán hacer frente a más gastos cuantas más horas de trabajo tengan, así como contratar más empleados si quieren cubrir horarios más ámplios, las consecuencias a medio y largo plazo serán desastrosas, ya que muchos pequeños comercios, incapaces de mantener la competencia salvaje a la que les empujan, se verán obligados a cerrar para dejar su espacio a las multinacionales y filiales de grandes marcas, mucho más rentables para los grandes empresarios que comparten intereses con los altos políticos profesionales
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